miércoles, 14 de marzo de 2012

despertarse o no despertarse, esa es la cuestión.

"...Ay, ¿quién maneja mi barca, quién Que a la deriva me lleva, quién? Ay, ¿quién maneja mi barca, quién Que a la deriva me lleva, quién? Ay, ¿quién maneja mi barca que a la deriva me lleva? Ay, ¿quién maneja mi barca que a la deriva, que allí me lleva?..."


Estoy cansado y necesito vacaciones. Hoy el despertador ha sonado tan retro para intentar llamarme la atención, porque paso de él. Que ganas tengo de que pasen estos 17 días, vivir la mejor semana del año, poder suspirar, y coger mi maleta roja rumbo a las islas griegas...


Es curioso cuando una situación te supera, cuando lo que se supone que quedó atrás todavía, y sin avisar, te duele. Curioso ver como se pierden los papeles con el alcohol, como parece que llegan los primeros rayos de sol primaverales, y descubrir en un solo segundo que sigues viviendo en un invierno ruso de hojas blancas. Curioso que una situación ensayada tantas veces vuelva a darte un golpe en la cabeza en una simple levantá. Pues no hay movimiento de cadera que impida que todo aflore, ni marcha que anuncie lo que va a pasar por delante de tus ojos. Pero si todo esto es curioso, mucho más curioso es la respuesta. Si algo no te interesa lo dejas pasar, no te pides un abono en tribuna para no perderte detalle. Pues parece que tanto empeño le has puesto que has contado hasta la última mantilla que procesiona, y has querido oler hasta el último clavel de nuestro calvario personal. Si el cortejo no pasa por tu puerta y tu sales a su búsqueda es porque te gusta la hermandad. Y te hablo por experiencia, que tantas veces vi una hermandad que al final pedí papeleta de sitio. Engalona tu balcón, y gritale "reina!" al pasar.




Por otra parte, y cambiando de tercio, que difícil es la tesitura de tener que poner freno a algo. Que difícil es cuando una persona tiene ojos empapados de ilusión, y tú, colirio de decepción en tus manos. Que difícil es saber cual es la justa medida, a que cara de la moneda apostar, cuantos cartones de bingo comprar. Con el miedo a que este freno sea hidráulico y que con un ligero pisotón frene en seco y no funcionen los airbag. Tarea difícil, no es plato de gusto de nadie, ni del que come ni del comido, pero alguien tiene que traer el postre y terminar con este almuerzo de placeres que acabará en boca de bulimica. Por que es imposible no hacer daño, y sobre todo, por que cada uno nos imaginamos un postre, y al verlo en la realidad, nunca es igual que en las fotos que aparecen en la carta de helados. 


"...El verde de tus ojos verdes, mírame. Que mira que yo te mire, mírame. Que mira que yo te mire. El verde como cualquier verde, mírame. Que es verde que me persigue, mírame. Que es verde que me persigue. Por mucho que tú me pidas, yo te lo doy..."


http://www.youtube.com/watch?v=hFJML0FCzj8


Besos y Felices despertares!

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