miércoles, 28 de diciembre de 2011

Despertares entre algodones

"...Toma el vaso y le tiemblan las manos, apestando entre humo y sudor, y se agarra a su tabla de naufrago, volviendo a su eterna canción. Toca otra vez, viejo perdedor, haces que me sienta bien, es tan triste la noche en que tu canción sabe a derrota y a miel..."



El despertador no suena, pero para lo que tiene que decir, mejor que no suene. Creo que mi adicción al myolastan tiene algo que ver en esto. Si ya de por sí la navidad me parece una festividad triste y cargada de falsedad, la navidad 2011 no se iba a quedar atrás. No estoy feliz, no estoy contento, no tengo motivos para ello, ¿para que mentir? Mi ambiente tiene caras largas, y no los culpo. Menos mal que el consumismo, uno de los pilares fundamentales para estas fechas, si se me da muy bien.




Hoy me he dado cuenta que llevo desde hace unas semanas encerrado en un cubo. El daveCube no es un rompecabezas como el rubikCube, aunque a mi me la ha destrozado un poco. Un cubo de sentimientos, que alguien, quiero pensar que sin querer, ha ido construyendo a mi alrededor. Y ya va siendo hora de darle una patada a esta pared de metacrilato y romperla en mil pedazos. Si, este cubo es tan cutre que ni siquiera es de cristal. Aunque ahora me corte con sus pedazos, no hay mayor placer que regalarte una sonrisa por lo que antes me hacía llorar. No me voy a cebar contigo, aunque ganas no me faltan, pero ahora mismo no estoy preparado para vivir con esa ira y ese rencor, y cuando esté preparado ya no lo necesitaré. Darlo todo no asegura un final feliz, pero si más experiencia para la próxima vez.


Las personas olvidamos lo que nos dijeron, pero nunca lo que nos hicieron sentir.


Besos y Felices despertares!

No hay comentarios:

Publicar un comentario