Y es que cuando la vida te da un "adiós" te responde con un buen "hola". Y mi despertador, que además de ser muy moderno, está compenetrado conmigo y hoy me ha despertado con esta canción que me anima bastante. Será que no hay mejor forma de conocer a una persona que ver donde duerme, y mi despertador es testigo de todos los líos de sábanas que acontecen, de mis noches de insomnio y de las noches en las que duermo como un angelito.
Se cierra una etapa de un golpe, como el que cierra un libro con la felicidad de haberlo leído. Como quién termina el tostón de novela que se compró en el aeropuerto por £9.99. Porque sí, la vida se parece mucho a la mala literatura.
Ahora solo me queda darle gracias a Dios, por haberme dado la serenidad para aceptar las cosas que no se pueden cambiar, el coraje para cambiar las que si se pueden, y la sabiduría para poder diferenciarlas.
Se abre una nueva etapa, y se coge con muchísima ilusión, con ganas de empezar desde cero, con ganas de aprender, y con ganas de enamorarme. Cuando el amor te vuelve a rozar vuelves a sentir cosas que recuerdas ajenas, con un sabor añejo, pero que esta vez tienen mucha más intensidad, incluso te hacen nublar el lejano recuerdo de algo parecido.
Sin prisa pero sin pausa, dejando aceptar lo que la vida me tiene preparado...
Y ahora me apetece volver a los cromas llenos de estampados imposibles, a las chaquetas recargadas de abalorios, a comprar hombreras, a agujerearme las orejas...
Me apetece volver a ser yo, a ser una persona cuerda, cargada de optimismo e ironía.
Hoy me apetece que vuelvan los '80.
Besos y felices despertares!
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